Bienvenidos al mundo que he recorrido en mis vaqueros.
Espero que disfrutéis de las vistas.
Estuvieron riéndose cinco minutos. Después abandonaron toda esperanza de sobrevivir. Allí, rodeados de desconocidos, en medio de la nada, se abrazaron tan fuerte como pudieron, y esperaron en silencio a que llegara el final.
Eran conscientes del suave latir de sus corazones, apretados el uno contra el otro. Y luego... Luego no sintieron nada más.

Israel Barranco

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