Bienvenidos al mundo que he recorrido en mis vaqueros.
Espero que disfrutéis de las vistas.

Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja, y que la vida solo tiene sentido si encontramos la otra mitad.
No nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie en la vida merece cargar en las espaldas la responsabilidad de completar lo que nos falta.

Nos hicieron creer la formula de "dos en uno" , dos personas pensando igual, actuando igual, que era eso lo que funcionaba. No nos contaron que esto tiene nombre: anulación.
Que solo siendo individuos con personalidad propia, podremos tener una relación saludable.

John Lennon

Las Habichuelas Mágicas


A veces plantamos lo necesario para poder ascender alto. Más alto.
No importa el precio.

Y cuando bajamos, nos apresuramos a talar la planta.
Para asegurarnos de que nuestros demonios no puedan bajar tras nosotros.



























El vacío es la consciencia de la no existencia de ningún cuerpo.
El silencio es el vacío necesario en el que se propaga la voz del alma.






























iBarranco

Hoy ni siquiera me he dado cuenta que estrenábamos mes.  Y es que la vida se nos escurre de entre los dedos, sin que nos demos cuenta.
Y así estamos camino de la primavera, en un año que acabamos de estrenar. Así estamos, a cinco meses de terminar con la vida tal como la conozco ahora.

Y de repente, en una mañana cualquiera de un día cualquiera, mi mente se pierde en algún lugar de mis apuntes, justo en la página 18. Y las letras se vuelven borrosas a medida que miramos más allá del papel.

La vida se ha precipitado a tu paso. Han caído casas que parecían sólidamente construidas. Han caído, aprisionando entre sus escombros, caras conocidas. Caras que amas.

Se han abierto brechas en algún lugar de la telaraña que han desestabilizado la red.  Ha caído la enfermedad, como un bloque de hielo pesado, y ha empezado a derretirse a tu alrededor. El agua fría hace ver las cosas de otra manera.
Han aparecido arrugas en los ojos, de tanto mirar forzado. Se ha desgastado la piel de las manos, de tanto tirar de las cuerdas que mantienen unido el hogar.

La vida en Febrero es como un caleidoscopio deformado por la sal. Sal de lágrimas, sal de sudor y de esfuerzo. Sal de flotar entre las olas: que a veces vienen y a veces van.
Se desfiguraron la tierra y el cielo. Se deforma el futuro, precipitándose a mi encuentro. Se rompieron las seguridades cuando comprendí la fragilidad de las cuerdas que mueven las marionetas.

Y aquí me veo, a las puertas de la primavera. Con un invierno más a las espaldas, y sin haber avanzado demasiado.
Aquí me veo, solitario. Con el conocimiento de la vida, como alas plegadas, que pesan a mis espaldas –pero algún día me permitirán volar –.
Con la sombra del pasado pegada a los pies –ésos que me trajeron a este recodo del camino –.
Con un sol cegador frente a mí. Que deslumbra, y apenas deja ver más allá.

Solo y ciego.
Cegado por la misma luz que me alumbraba.

Israel Barranco