Bienvenidos al mundo que he recorrido en mis vaqueros.
Espero que disfrutéis de las vistas.
Cada uno viviendo, a tientas, la vida que le tocó vivir. Rozando, arañando y mordiendo las paredes de su propia alma. Procurando hacer el menor ruido posible. Y sobre todo, que el dolor sea suave y que no nos pille con la guardia baja.


Sujetando, entre los dientes firmemente apretados, cada canción que nos contó una vez lo hermosos que eran los días. Canciones que saben a heridas, a derrotas y a luchas. Y de vez en cuando -muy de vez en cuando -a gloria y a triunfo peleadas hasta el borde de la extenuación.


Y sin embargo, seguir viviendo a contrarreloj la vida.
Esta perra y bendita vida.

Israel Barranco

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