Sujetando, entre los dientes firmemente apretados, cada canción que nos contó una vez lo hermosos que eran los días. Canciones que saben a heridas, a derrotas y a luchas. Y de vez en cuando -muy de vez en cuando -a gloria y a triunfo peleadas hasta el borde de la extenuación.
Y sin embargo, seguir viviendo a contrarreloj la vida.
Esta perra y bendita vida.
Israel Barranco
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