Bienvenidos al mundo que he recorrido en mis vaqueros.
Espero que disfrutéis de las vistas.

Ahora no es tiempo de promesas. Ni de alegría.
Corren tiempos difíciles.

Es tiempo de resistencia. Como la flor del almendro. Es ella la que se atreve a anunciar la esperanza de la primavera en la crudeza más absoluta del invierno.
Arriesgándose a helarse, a no dar fruto. Y aún así, florece. Rebelde. La muerte no nos tiene.
Nos perdió para siempre cuando aprendimos a agarrar la esperanza entre los puños apretados.

Hoy, más que nunca, la vida es un acto de resistencia y de re-existencia. Como nos cuentan las flores.

Israel Barranco

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