Bienvenidos al mundo que he recorrido en mis vaqueros.
Espero que disfrutéis de las vistas.
Estuvieron riéndose cinco minutos. Después abandonaron toda esperanza de sobrevivir. Allí, rodeados de desconocidos, en medio de la nada, se abrazaron tan fuerte como pudieron, y esperaron en silencio a que llegara el final.
Eran conscientes del suave latir de sus corazones, apretados el uno contra el otro. Y luego... Luego no sintieron nada más.

Israel Barranco
Cada uno viviendo, a tientas, la vida que le tocó vivir. Rozando, arañando y mordiendo las paredes de su propia alma. Procurando hacer el menor ruido posible. Y sobre todo, que el dolor sea suave y que no nos pille con la guardia baja.


Sujetando, entre los dientes firmemente apretados, cada canción que nos contó una vez lo hermosos que eran los días. Canciones que saben a heridas, a derrotas y a luchas. Y de vez en cuando -muy de vez en cuando -a gloria y a triunfo peleadas hasta el borde de la extenuación.


Y sin embargo, seguir viviendo a contrarreloj la vida.
Esta perra y bendita vida.

Israel Barranco